
Por
respeto y sobre todo admiración a quien me compartió su increíble historia,
también compartiré un poco de la mía, que seguramente será similar a la de
muchas mujeres que la lean.
Ella,
esta mujer, simplemente un día despertó y descubrió que algo en su cuerpo no
estaba bien. Bellísima en lo exterior y en lo interior, madre, esposa… no
comprendía que sucedía, es tan joven.
Pensó
que el stress cotidiano, el correr del día simplemente la tenían cansada…pero
esas bolitas no eran normales. El mismo miedo la paralizó dice ella, así que
dejó pasar el tiempo…todo en silencio, ¿por qué el silencio?, siempre esa mala
costumbre que tenemos de guardar silencio. Cuando comenzó el dolor fue el
momento en que pensó en sus hijos… más miedo…
Al
día siguiente después de sus quehaceres cotidianos y sin decirle a nadie hizo
cita con su ginecólogo, la recibió por la tarde, lo típico: la mastografía, el
eco y a esperar. Su miedo seguía creciendo y ella continuaba en silencio,
trataba de que nadie notara su ansiedad, su angustia.
Mientras
ella, me contaba valiente su vivencia, yo iba recordando la mía.
Yo
soy muy descuidada en lo que a mi salud se refiere debo admitirlo, soy sana en
general porque vivo rodeada de ángeles que me cuidan, pero una vez me
advirtieron: estaba viendo la televisión, por la noche; tengo la costumbre de
poner un brazo justo bajo mi cabeza y sentí comezón en el esternón, al pasar mi
mano rocé mi seno izquierdo y sentí una bola que parecía una canica, moví más
mi mano y comencé a sentir otras… simplemente no pude moverme, es verdad, no
pude moverme, había escuchado tanto, visto tanto… no, yo no podía tener eso en
mí… pasaron 3 minutos, lo sé porque tenía un reloj frente a mí, 3 minutos que
me parecieron 3 horas, no sabía que hacer… comencé a llorar ahí sola, 3 minutos…
me temblaba todo.
Entonces
le llamé a mi mamá y le conté lo que pasaba, lo siguiente fueron estudios,
exámenes, tratamiento por años y afortunadamente un resultado positivo.
Ella
hoy vive una reconstrucción de seno, salvó su vida y me pidió que compartiera
su historia para que no tengan ese miedo que vivimos ella y yo. Revisen su
cuerpo, cuídenlo.
Eviten
esos 3 minutos de horror y quédense con toda una vida maravillosa para
compartir.
LÓPEZ-ARRIAGA
2 comentarios:
Pff! Gracias por compartir estos 3 minutos y mi admiración a la guerrera que te marcó por teléfono.
Así es mi Clau... la verdad toda la historia es SUPER fuerte! porque obvio aquí está resumida, pero el proceso que vivió junto a su familia y el camino que tuvo que recorrer ella para llegar a donde está hoy no ha sido sencillo... La vida nos puede cambiar en minutos, segundos... tú lo sabes.
Te mando un abrazo muy fuerte y como siempre lleno de cariño y con mi agradecimiento por leer.
Beso!
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