Pero también recuerdo el otro lado de la
moneda: era ya tarde, muy tarde cuando sonó mi teléfono y mi mejor amigo
lloraba, esta vez no estábamos juntos viendo a su nuevo bebé detrás del
cristal, él solo me pedía que rezara para que el bebé no sufriera, para que su
hijo estuviera sano, recuerdo que incluso rezamos juntos por teléfono, estaba
desesperado… “doy mi vida por él” me decía, pero por Dios que esté bien…
afortunadamente hoy podemos celebrar a un niño y a un padre felices… pero el
dolor que esa noche compartimos por teléfono al pensar lo que podría pasar hizo
que me enamorara del pequeño que hoy en día es simplemente espectacular es la
viva imagen de un niño feliz…. Y sano!
Ese recuerdo me trae otro muy doloroso… en
casa ya erámos 4 hermanos, nunca nos faltó pero tampoco nos sobró, mi papá fue
un hombre de convicción inquebrantable, de fe sólida como pocos y de los que
acataba la Ley de Dios… Él proveerá decía… y fue entonces cuando mi mamá nos
anunció que estaba embarazada de nuevo, yo tenía 17 años y como digna representante
(sin ofender claro) del sector adolescente inmediatamente y sin pensar, levanté
la voz y como de costumbre expresé mi opinión al respecto, una opinión claro
está nada emotiva… tengan cuidado con su boca y lo que de su lengua sale porque
por eso existe el dicho de que la boca castiga.
Pasaron 6 meses y un día por la tarde,
estando mi papá en la oficina, recuerdo haber llegado de la escuela y ver a mi
mamá muy pálida, solo me dijo:” no me siento nada bien… esto no es normal”… yo
no sabía qué hacer, así que le llamé a mi papá, llegó por ella y yo me quedé
con mis 3 hermanos esperando… y esperando.
Sonó el teléfono, contesté… era mi papá, que
como de costumbre así se lo estuviera llevando pifas, ante mí, muy, muy pocas
veces le vi agüita en sus ojos y mucho menos tonitos de voz a medio quebrar, solo
dijo: “Ya nació tu hermano… nació y murió, pero lo pude bautizar, se llama José
Ramón, por Ramón no Nato… mañana te llevo sus cenizas, avísale a tus hermanos,
tu mamá está bien, te los encargo”…. Colgué el teléfono y solo pude llorar y
llorar… de culpa, de dolor, de remordimiento pero lo que más me dolía era el
dolor de mi papá, el haber recibido a un pequeño, verlo nacer para verlo morir,
sangre de su sangre… ver sufrir a su mujer dolores terribles y todavía tener que
darle la noticia de la muerte de su hijo… bautizarlo, incinerarlo y seguir
viviendo.
Yo puedo decir con mucho orgullo que soy una hija de mi padre,
porque así como hay padres que no ven por sus hijos, hay otros que dejan de
lado sus propios sueños para que sus hijos puedan vivir los suyos… La felicidad de un hijo es el principal motivo
de muchos padres, en algunos casos incluso
si va de por medio la propia.
Cada quien
y sus motivos. Para mí estos dos hombres son como seguramente muchos otros:
almas que no necesitan pasar 24 horas de su vida pegados a los hijos para dejar
marcado el camino a seguir con toda confianza: honradez, generosidad, sencillez
y lealtad… acuerdos de vida, herencias que ya vienen firmadas con su sangre.
LÓPEZ-ARRIAGA
5 comentarios:
me hiciste llorar....yo también soy hija de un padre maravilloso
tantos años de amistad y no sabia esa historia... sabia q hubo un hermanito pero no q habia nacido... hay karlita... tantas historias q apachurran el corazon... lo bueno es q por cada piedrita en el camino tambien hay momentos padrsimos que aligeran la carga... te mando un abrazo... me encantan tus historias... tqm... cuquita
Gracias Cuquita... Por tu cariño y por leer... Besos a los hermosos "todoterreno"... Yo también tqm
ojala todos tuvieramos el orgullo y el honor de tener un padre asi; este mundo seria muy difernte
Que lindo recuerdo nos compartes de tu querido padre Karlita. Papa para mi significa súper héroe te has de imaginar por que... Pero lamentablemente no todos pueden con ese maravilloso papel y las mamás solteras como yo tenemos que tomar ambos porque como padres siempre queremos que nada le falte a un hijo. Saludos..
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