
Lo
que me emociona es imaginar todos los sentimientos impregnados en ese vestido,
los cuales seguramente quedaron ungidos
para siempre en cada pieza de encaje. No puedo ni siquiera calcular la cantidad
de amor que rebotaba entre el tul de su cauda que está incrustada de una manera
muy especial a la espalda recubierta por hermosos botones los cuales
seguramente fueron cerrados con cuidado y abiertos con delicadeza. Que bella la
novia, que hermosa debe ser.
En
otra historia, la más bonita señora de ojos verdes en esta tierra, muestra un
exquisito vestido pulcrísimo, listo para usarse de nuevo, un vestido de novia
intacto, perfecto, elegante, serio, virginal. Con cuanto amor caminó hasta el
altar, con cuanto amor bailó y brindó aquella noche donde sus pajes la rodeaban
y abrazaban y todo el mundo le deseaba a esa novia un futuro pleno y lleno de
felicidad.
2
Novias, 2 vestidos… un mismo novio.
En
un mismo tiempo dos vestidos vistos por los mismos ojos, más no al mismo tiempo,
igual que ocurrió con la vida.
Este texto es un mensaje de amor: Amemos siempre, desde que amanece, porque las horas no
son nuestras, vivamos plenamente, porque los días no son eternos, mira bien lo
que tienes a tu alrededor y aprécialo, todo cambia todo el tiempo… porque nada
es para siempre, solo los buenos recuerdos, como los que tienen estos vestidos
de novia.
LÓPEZ-ARRIAGA
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