Día
de que mi dedo se pinte de negro.
Todavía
recuerdo la primera vez que tuve la oportunidad de votar, en la casa paterna la
democracia siempre fue un tema importante, el derecho a elegir lo hemos ganado
a través de mucho y de muchos, por eso es que en esta jornada electoral, como
en otras tantas, tomo mi decisión con mucha precaución.
He
tenido la oportunidad de entrevistar a varios políticos, unos llegan rodeados
de asistentes, incluso hasta envían sus “cuestionarios” para evitar caer en la
confrontación o en la insegura respuesta. Esta ocasión no fue diferente, de los
pocos que previo al día de la elección me tocó, literalmente me tocó,
simplemente llegó con una mochila, una gran sonrisa, un compañero de campaña y
una inteligencia convertida en convicción… este candidato me regresó el ánimo,
la fe en esa democracia tan manoseada, tan burlada, tan lejana a aquellas
pláticas de sobremesa donde como ciudadanos exponíamos nuestros pros y contras.
Lástima que yo no viva en el distrito para el que él se postuló, sin embargo la
expresión de conquista futura me contagió y renovó mi deseo de que mi dedo se
pintara de negro.
Parafraseando
un poco a ese personaje medité cuidadosamente la elección que YO tomaría, él
dijo algo más o menos así: “...No me gusta
la política que se está haciendo, no me siento representado, entonces yo haré
lo que considero necesario para representar a la gente, a los individuos,
porque es desde ahí que se tiene que trabajar, para y por la gente...” , pudiera
leerse como cualquier frase de cualquier político, lo cierto es que TODOS
HACEMOS POLÍTICA, día a día, desde que nos levantamos, nos bañamos y nos
preparamos para iniciar nuestra jornada, TODOS deberíamos trabajar para y por
la gente porque solo así logro ver una cadena de conciencia social real.
La
política no es solo para los políticos, la política repito la hacemos TODOS, cuidándonos,
generando empleos, compartiendo conocimientos, abriendo puertas, impulsando
ideas o generando las mismas, proponer NO IMPONER.
El
hartazgo social de lo que vivimos trae consigo una inmensa responsabilidad
personal, es momento de crecer ya no hay espacio para los paternalismos de
antaño, cuando se pinta tu dedo de negro, pintas tu raya con lo que YA NO
DESEAS, si eres un ciudadano consiente de las necesidades de otros ciudadanos,
estás madurando, estás realmente eligiendo.
No
hay excusas para los elegidos, ahora NOSOTROS somos sus jefes, lo tenemos
claro, porque sabemos lo que podemos hacer, conocemos nuestra influencia
gracias al derecho de elegir.
Si
no me creen revisen las manos de cada ciudadano y verán el interés que tenemos
por vivir dignamente, verán el Dedo Negro, que como en la antigüa Roma puede
irse para arriba o llevarlos para abajo.
LÓPEZ-ARRIAGA
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