
Ya
no está mi papá, ni veo tanto a tías y tíos como cuando niña, ni tengo a mi abuelo y es casi imposible pensar en estar todos juntos, llenos de agua de mar, no
somos perfectos, nos criticamos, nos reímos, recordamos, nos alimentamos juntos por lo
menos 2 sábados al mes.
Saben:
Cada que llego a casa de mis padres y veo la cochera me viene a la mente Don
José Luis midiendo el terreno y después sacando cuentas para ver si podía
comprar un transporte donde pudiera viajar con todos sus hijos y quien se
quisiera incluir.
Quizá
algunos que me lean comprenderán la importancia de mantener ciertas costumbres
arraigadas en las familias, otros prefieran desecharlas porque las consideran
inútiles; conforme va pasando la vida y vas extrañando lo precioso de la misma,
créanme que se aprecian los momentos que llamo coleccionables, como mis sábados,
los días que son como huellas que sabes te llevarán a buen puerto así que las
sigues antes de que se borren.
Vivir
guardando buenos recuerdos, como grandes fotografías, debería ser uno de los
mejores regalos que podríamos hacernos, para años después compartirlas un
sábado con quien todavía siga a nuestro lado y así viajar… aunque no tengamos
un gran transporte para hacerlo todos juntos…
LÓPEZ-ARRIAGA
0 comentarios:
Publicar un comentario