
Me topé con una
inteligente frase del maestro Eduardo Galeano (como todo lo que él escribió)
que en resumen cierra así: “… vivimos en la cultura del envase que desprecia el
contenido”.
Detrás de cada
palabra deberíamos como seres humanos identificar el factor boomerang que
generamos al hablar, porque las palabras son energía, no la desperdiciemos, al
final regresará a nosotros con el mismo contenido con el que fue lanzado, por
esto es que los mantras, las oraciones, las bendiciones surten ese efecto
positivo, tanto hacia el que lo practica como el que lo recibe, eso se ha
comprobado científicamente no es algo que yo intuya en este instante; la
fortaleza humana, la condición de paz y la sensibilidad genuina de amor al
prójimo genera retribuciones similares, sin embargo nunca faltarán los
detractores necesitados de atención personalizada, solo recuerden lo dicho
anteriormente: detrás de cada palabra existe un efecto boomerang y la energía
que se emplea en destruir regresará con la misma intensidad hacia la persona
que tuvo ese deseo.
Imagina que
despiertas una mañana sin poder mover tus piernas, sin poder abrir tus ojos,
sin escuchar ningún sonido… imagina que solo puedes recordar cómo era tu vida
antes… ¿te das cuenta?.... Detrás de cada palabra existe dolor pero también
esperanza y lo más importante estoy segura que no estás pensando en si eres
gorda o flaca, hermosa, rubia o morena, lo único que desearía es volver a
caminar, a escuchar a ver a disfrutar las cosas que verdaderamente importan, es
decir: ¡A VIVIR!...
La vanidad
puede ser uno de los pecados favoritos para muchos, puede tentar a muchos,
puede golpear a muchos… pero lo más importante es saber que estamos aquí para
VIVIR.
Procura que
detrás de cada una de tus palabras siempre exista VIDA, porque todo lo que la vida generosa implica se te regresará.
LÓPEZ-ARRIAGA
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