
Un duro golpe en la parte frontal de mi
cuerpo no me permitía levantarme con la rapidez que hubiera querido, en ese
momento, me di cuenta que me sentía humillada tirada en medio de la calle, la
nariz de inmediato comenzó a sangrar, no paraba, yo parecía boxeador en
esquina, con el labio inferior abierto y cortada en la frente…una señora muy
amablemente prefirió cruzar la acera para no tener que lidiar con semejante paisaje;
el dolor me tenía atolondrada, me senté en la banqueta y aguanté las ganas de
llorar, pero no sabía ¿por qué?: si porque estaba ahí, sola, sangrando hasta el
bolsillo, por no identificar bien qué me dolía (hoy identifico cada parte,
hasta el orgullo), si quería llorar como lloran los niños cuando se caen o era
la impotencia en conjunto y una sangre simbólica junto a unos raspones y golpes
en mi cuerpo que me recordaron lo lastimado que estamos los mexicanos.
Sin
embargo, debo agradecer que aunque quería llegar lo más pronto a casa para no
ir por la calle dando semejante espectáculo, una chica me alcanzó en su auto y
me dijo: “oye, perdón, vi cuando te caíste, ¿necesitas, algo, quieres que te
lleve a algún lugar?”… le agradecí su generosidad ya que realmente ya estaba
muy cerca de mi espacio seguro, pero una vez que ella arrancó, pensé en cuan
solidarios podemos llegar a ser o tan mezquinos como la señora que prefirió no
ayudar; la cosa es que me caí, me levanté, estoy golpeada ¿y qué?... lo mismo
pasa con la vida de este país, porque podemos elegir ser generosos o mezquinos,
ofrecer nuestra ayuda para llevarlo a un lugar seguro o continuar cerrando los
ojos, viendo hacia otro lado, fingiendo que no pasa nada. La GRAN MAYORÍA
estamos golpeados, sangrando, ya nos han tirado bastante.
La
pregunta es: ¿Nos vamos a distraer de nuevo para dejarnos caer?
Yo
no… Yo, ya me caí.
LÓPEZ-ARRIAGA
1 comentarios:
Una analogía se la vida real y que la gran mayoría de nosotros la hemos atravesado.
Sin embargo tal y como dice Karla, debemos levantarnos, sacudirnos, recuperarnos y aprender de la experiencia para no ser repetitivos.
Desafortunadamente como sociedad somos golpeados en repetidas ocasiones y es difícil corregir a los que dirigen nuestra nación.
Publicar un comentario